Colegas no logro llegar porque mi trabajo es con marcación biométrica, pero esta es mi sugerencia: Los profesor es universitarios somos artesanos de ideas, pero nuestro trabajo lo hemos dejado en manos de empresarios post-fordistas. Ellos deciden si nuestras ideas valen, si merecen ser desplegadas o si debemos replicar ideas ajenas que ni son propias ni la hemos apropiado. ¿Cómo recuperar el espíritu de una expresión de ideas valiosas y sabias? Ideas valiosas me parece pueden ser aquellas éticamente precisas y pragmáticamente exactas, es decir importantes a nuestro presente. Debemos insistir que sin verba no hay res. Ejercer nuestra artesanía, desplegarla. Por eso propongo mostrar que nuestro quehacer es pertinente, que se puede realizar sin cobros, que puede ser disfrutable. Nuestra debilidad es que no tenemos el timbre que certifique el valor de nuestra artesanía. Está en manos de los empresarios. Nuestra servidumbre se pliega ante ese monopolio que detentan. Nuestra mayor desobediencia intelectual sería ejercer fuera de los estrechos límites de las empresas. El desafío sería enseñar a los estudiantes a artesanear ideas. Pero necesitan ellos una licencia para ejercer, y nosotros no somos los dueños de esa certificación. Podemos mostrar que nuestra artesanía es valiosa si la ejercemos plenamente. Podemos convenir que alguien la timbre, pero bajo nuestras reglas. Una enseñanza presencial, gratuita, de contenidos pasionalmente nuestros, en forma de programa alternativo. Una universidad libre es lo que debemos hacer. 

Yuri Carvajal Bañados

 Estimados Colegas del Grupo de la Universidad que Queremos: He leído el manifiesto que han colocado en la página y he decidido, aunque no concuerdo con todos sus puntos, adherir. Las razones que me llevan a adherir vienen dadas por la profunda convicción que tengo que, de seguir con el actual modelo de desarrollo que tenemos (economías marginales al servicio de los grandes centros creadores de conocimiento e innovación), toda la América Latina continuará navegando por las interminables vías hacia el desarrollo por allá por el año 2070. Necesitamos arriesgarnos a reflexionar sobre nuestras propias formas de desarrollo y que en ello converjan las artes, las ciencias sociales, las ciencias exactas y naturales, las ciencias de la salud, las humanidades y todas las formas del saber humano que tenemos en nuestros subdesarrollados países. En particular, y en las Universidades del Estado, no debemos dejar de lado nuestra contribución para el desarrollo de nuestros pueblos, nuestras sociedades y nuestras naciones. ¿ Hasta cuándo la América Latina seguirá invirtiendo lo poco que invierte en desarrollo científico, social, económico, educacional, en salud y todo lo demás, regidos por las ideas de otros? ¿ Acaso alguien cree, seriamente, que por aquí el modelo educativo que se desarrollo, por ejemplo, en Finlandia, tiene chance de ser exitoso en nuestras morenas naciones? Espero que las nuevas generaciones sean más atrevidas que nosotros y empiecen a asumir un rol más activo en esto de que nuestras naciones vengan, algún día, a ser naciones desarrolladas. Lamentablemente, para nuestra generación, quedamos hediondos a dictadura y a lógica de mercado lo que, no necesariamente, es compatible con el espíritu libre, atrevido, arriesgado, disciplinado y reflexivo que requiere el gran desafío de que nuestras naciones alcancen esa cosa que se llama desarrollo. Con esperanza en los más jóvenes, atentamente 

Rafael Labarca

 Your mail reminds me of what happened at Complutense University in Madrid. The top of the university had presented the managerialist Dutch university as the successful ideal to the staff in a massive reorganisation. When the unions discovered the angry Manifesto Hans Radder and I had written about the state of Dutch universities, our colleagues in Madrid translated the Manifesto in Spanish and mailed it to all the union members at Complutense and the university management, to show that this Dutch 'ideal model' had a nasty dark side. Had you found the Spanish translation? Just to make sure: <https://www.scribd.com/document/318746057/Manifiesto-Academico-Por-La-Universidad-Publica> or https://repository.ubn.ru.nl/bitstream/handle/2066/179584/179584.pdf Somehow it seems the managerial model is shared more readily world-wide than the resistance against it. Social scientists call this mimesis: copying organisational models and distinguish several mechanisms: government-forced mimesis (such as when the European Union or IMF demand university reorganisation as part of 'efficiency' or 'rationalisation'); but there are also the managerial professionals who tell each other at conferences and work visits that this is "how things are done" ; and then there is the pressure from dealing with each other, such as the people who defend metrics because otherwise your academics are not going to find jobs in other places that still worship metrics. Showing that the resistance is world-wide is perhaps a small but important element in this struggle. Best, Willem Halffman 

Willem Hallfman
Radboud University. Nijmegen. The Netherlands

 Thank you for sending us your manifesto. It will never cease to amaze me how this crazy managerial model has spread over universities all over the world. Perhaps you know we tried to identify the most successful strategies of resistance, by asking people from several countries to tell us their experiences? Halffman, W., & Radder, H. (Eds.). (2017). International Responses to the Academic Manifesto: Reports from 14 Countries: Social Epistemology Review and Reply Collective. http://wp.me/p1Bfg0-3FV <http://wp.me/p1Bfg0-3FV> We found unionisation is one of the strongest strategies, as far as we can tell. Best of luck in you struggles! In solidarity, Willem Halffman 

Willem Halffman

 Se hace imperioso luchar contra la homogenización del pensamiento y de los procedimientos sobresimplificados que promueven las agencias de acreditación, evitar ser parte de un sistema que somete a una camisa de fuerza la creatividad y las diversas formas de producción del conocimiento. La estandarización de las formas de escribir y pensar es un peligro sustentado por un lógica de mercado que busca la igualuación de todo lo diverso en los estrechos marcos de un sistema económico. 

Matías Marchant

 Compartimos el diagnóstico y el horizonte planteado en “La universidad que queremos”, pero creemos que falta un poquito de autocrítica. Las Universidades hemos contribuido de forma muy destacada en la configuración del mundo de mercado y eficiencia en que vivimos en todos los ámbitos personales y sociales; y cuyos efectos llegan como “boomerang” a las propias universidades. Los argumentos culturales del neoliberalismo, que aúnan intereses de las élites conservadoras y liberales desde finales de los años 60 del siglo pasado, solo han triunfado en las últimas décadas porque los tecnócratas cientificistas de las universidades los hemos respaldado con argumentos y datos (supuestamente objetivos). El individualismo ha sido alentado y potenciado por el “ego” académico desde hace muchas décadas; la competencia intelectual irrelevante antecede a la competencia mercantil lucrativa; el supuesto criterio académico como justificación de la “elitización” del conocimiento y la desvalorización de los saberes diversos precede a los indicadores y los ranking; el patriarcalismo académico y la jerarquización de las relaciones en las comunidades universitarias no es impuesta por el mercado y la gestión, sino justificada en “criterios académicos”, “excelencia”, y otros artilugios de poder bien asentados en la dinámica universitaria, antes de la implementación de lógicas de gestión eficientistas. Una consideración significativa, también, al rol público de las universidades, y a la necesaria reflexión sobre las contradicciones entre este rol público y los intereses particulares que sustentan a la mayoría de las universidades privadas en Chile. No es posible hoy ocultar el negocio que alienta al menos al 75% del sistema de educación superior chileno. Necesitamos sincerar también estas culturas imbricadas en nuestras comunidades universitarias para poder “alentar esperanza” en las nuevas generaciones. Sugerimos una lectura del estado de situación de las universidades un poco más interseccional y autocrítico. 

Grupo Académicos/as universidades estatales

 Totalmente de acuerdo con este Manifiesto. En Argentina está sucediendo algo por el estilo en lo que denominamos "culturas evaluativas", se están adoptando indicadores externos, rankings, etc. Como estudioso de la Universidad de Chile me parece tremendo lo que se hace en el campo universitario chileno, así que confirmo mi total apoyo a este escrito. 

Fernando Quesada

 Muchas gracias! Me hace mucho sentido… la semana pasada en la Universidad Austral de Chile, invitamos a Carla Fardella a exponer sobre los resultados de su investigación, respecto de las transformaciones de las subjetividades académicas en el marco de la nueva administración pública. Recomiendo leer sus artículos, porque traen reflexiones muy interesantes, en línea similar con las ideas que plantean en el manifiesto 

Marcela Apablaza

 Felicitaciones por la valiosa iniciativa. Tu correo me hizo recordar un manifiesto sobre el tema que salió recientemente en el Reino Unido, liderado por el antropólogo Tim Ingold. Abajo encontrarás el link: https://reclaimingouruniversity.wordpress.com 

Cristián Simonetti

 Aquí en la UC hemos estado en el proceso de abrir la caja negra de la evaluación de la "excelencia científica", intentando que sea efectivamente una evaluación de la calidad del trabajo científico, no de métricas burocráticas o productivistas, o que hacen sentido en unas disciplinas pero no en otras. Ha sido y será lento, porque no sólo hay que cambiar culturas epistémicas muy arraigadas, sino que además se requiere que los cambios en las universidades vayan incentivados por cambios en la institucionalidad de investigación, o sea en CONICYT. Súper importante para mostrar que este cuestionamiento a las métricas de medición de calidad es un movimiento internacional con bases rigurosas han sido dos iniciativas: + El Manifiesto de Leiden: http://www.leidenmanifesto.org/ + DORA, San Francisco Declaration on Research Assessment: https://sfdora.org/ También es una importantísima fuente de inspiración la iniciativa que están desarrollando en la Universitat Oberta de Catalunya, iniciativa liderada por Isarel Rodríguez-Giralt, para innovar en los criterios de evaluación de excelencia. Ahí hay un caso concreto que deberíamos mirar con atención. 

Manuel TIroni

 Muy interesante el manifiesto que circula. Sin duda de acuerdo en el punto principal, lo esencial que es criticar el sinsentido del uso de métricas orientadas a producir competencia como forma de gestión universitaria. Una cosa para seguir pensando. No creo que la elección de la palabra burocracia en este contexto ayude. En el contexto de este documento, burocracia se usa como sinónimo de tratar algo como una empresa o lógica de gestión empresarial. Estoy de acuerdo con el diagnóstico. Los rankings se usan para administrar vía competencia y para ayudar a los administradores de las universidades a poder evaluar cosas que no entienden (i.e. si no entienden lo que uno investiga, te evalúan relativamente, asumiendo, que posición relativa equivale a calidad). Pero, burocracia también tiene otro sentido muy diferente. Burocracia es una forma de administración pública que no se basa en competencia, pero, en la planificación y el trabajo de funcionarios orientados por el respeto de normas impersonales, etc. La universidad moderna es burocrática en este sentido al menos desde el siglo XIX. De hecho, muchas de las reformas orientadas a la privatización y la introducción de indicadores como rankings y de gestión vía competencia tienen una orientación y justificación anti-burocrática. Las reformas neoliberales se justificaron como una forma de reemplazar la burocracia como forma de organizar las universidades. Obviamente, todo esto no significa que la burocracia sea perfecta. Basta leer la descripción que hace Weber ¡en 1917! de la universidad alemana (en Ciencia como Vocación) para acordarnos de que muchos de los problemas que vemos hoy, ya existían un siglo atrás (selección de profesores según principios dudosos, preferencia de popularidad a excelencia en respecto a evaluación docente, precarización del trabajo de investigación, etc.). Mi punto es solo decir qué al ponernos contra la burocracia, se arriesga ponerse también del lado de la competencia, los rankings y la privatización. 

José Ossandón

 Muchas gracias por compartirlo. Empatizo con gran parte de lo que escriben ahí (de hecho me recordó al libro the slow professor, que podrían utilizar también como línea argumental adicional). Mi único matiz es que no solo se trata de una lógica de business, que es lo que domina en el discurso de los gestores universitarios de alto nivel (si es que eso ya no es un sinsentido), sino también de la imposición de criterios muy pedestres de ritualismo burocrático a nivel de la masa cada vez creciente de gestores pelotudos que se contratan para lidiar con la rigidez contable/reglamentaria/etc. de los fondos locales. Es decir, yo hablaría no solo de los proyectos internacionales que imponen lógicas OCDE, etc., sino también de lo que generan agencias y lógicas de financiamiento y evaluación nacionales que también son increíblemente costosas (sobre todo en términos de costo de oportunidad). Se discute mucho del % de pib para ciencia, pero no se discute cuánto de lo que ya está asignado se va en alimentar burócratas pelotudos cuya percepción del académico es que somos vagos y ladrones (un ejemplo de eso, que yo no dejaría de mencionar, es el del nuevo pagaré que hay que firmar para los proyectos fondecyt, que incluso hereda el castigo a los hijos en caso que uno se muera y el proyecto no quede saldado). Respecto a percepciones [en mi universidad los gestores y gestoras] asumen que nosotros trabajamos para ellas y no al revés. Cosas similares operan en evaluación. [...] Nos hacen escribir reportes interminables, cuya evaluación llega cuando ya no sirve para nada. Además de que en gral., aún si llegara a tiempo, los contenidos de las evaluaciones también “cuentan” más que otra cosa. En fin…Respecto a qué hacer, se me ocurre que lo mejor es juntar firmas, hacer un lanzamiento público cuando haya una masa crítica grande [...] y eventualmente, comenzar a organizar foros, etc., que permitan organizar un movimiento que martille sobre esto de manera bastante persistente. Esto último es difícil, pero creo que es lo único que podría llegar a alterar las condiciones en el mediano plazo. 

académico universidad del CRUCH

 En el libro "Scientific Knowledge and Its Social Problems"? (1971) http://www.andreasaltelli.eu/file/repository/Scientific_Knowledge_and_Its_Social_Problems.pdf su autor menciona problemas similares a los planteados en el manifiesto, como el (problema del) control de calidad científica, el alza de la lógica burocrática o industrial, la desconexión (de la ciencia) con la sociedad. Si no se tiene tiempo para leerlo completo, un buen resumen son los pasajes subrayados en el archivo pdf del libro. Este libro fue publicado hace casi 50 años! (en 1971). Sin querer reenviarlos a referencias para que se ahoguen y terminen sin hacer nada, me parece importante mencionar que (el inicio de) estos problemas (que se han tornado más graves desde esa época) se había detectado hace tiempo, y con alarma en un ámbito mucho más internacional (un poco como ocurrió para el cambio climático con el reporte clave por el "Club de Roma" publicado en 1972). [...] En el estado actual del manifiesto, prefiero abstenerme de firmarlo: apoyo a las ideas (el sistema tiene problemas enormes, los cuales empeoran con el tiempo) pero no la forma (sin dar perspectiva histórica, sin proponer alternativas). Además comparto el miedo que algún profesor conservador, en un comité de evaluación del departamento, de la facultad o de la universidad, se deje influir por una tal firma e ignore el resto de mis contribuciones. 

académico universidad estatal
scientificanonymous@protonmail.ch

 Me interpretan muy bien. Me anima leer que hay más pensando, organizándose. Agradezco el que lo hayan escrito. 

académica Universidad de Chile

 Hay que empapelar la [universidad con esto]!! Hay que escabullir este mensaje en cada workflow [...], en cada curriculum [...], en cada postulación a Fondecyt. 

académico universidad estatal
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